¿Usar el automóvil es nocivo para la ciudad? Habrá algunos tibios que contestarán que no siempre, que es necesario, que todo el mundo lo usa.
Pero la respuesta debe ser, siempre, sí, el uso del automóvil es invariablemente nocivo para la comunidad. Invariablemente invade espacio público de los demás, invariablemente emite sustancias tóxicas (muchísimas más que los cigarrillos por ejemplo), invariablemente genera ruido, invariablemente incrementa la posibilidad de accidentes en la vía pública, invariablemente consume recursos que la humanidad necesita para otras cosas.
El Día sin Autos es un ejercicio de reflexión que nos permite entender colectivamente los efectos nocivos del uso del automóvil, más allá de la constante repetición de la mentirosa publicidad que nos vende estatus, velocidad y confort. ElDía sin Autos nos permite pensar, desde valoraciones objetivas, las políticas públicas que esta sociedad debería impulsar en materia de movilidad.
En ese sentido, el Día sin Autos tapatío del 2014 fue exitosísimo. Con una clase política que espera con ansia el banderazo que inicie la carrera electoral, vimos a candidateables de todos los colores competir por lograr el mensaje más atractivo y popular.
Dos pájaros de un tiro: la difusión de la problemática y concientización en materia de movilidad obtuvo un impulso publicitario gratuito y los futuros gobernantes y tomadores de decisiones quedaron marcados por su compromiso con el tema y difícilmente podrán escapar –de al menos tratar– de cumplir.
Por paradójico que resulte, las políticas que en verdad desincentivan el uso de automóviles suelen ser de las más impopulares y a la clase política suele temblarle la mano cuando hay que instaurarlas. El próximo año, ya pasadas las elecciones y con diputados y alcaldes a punto de dejar los cargos se abrirá una ventana de oportunidad real de implementación.
Si el 2014 se logró un dictamen que oficializa simbólica –y demagógicamente– el 22 de septiembre como Día Estatal sin Autos, el 2015 tendría que promoverse la prohibición total a la circulación de automóviles privados por un día como sucede en muchas ciudades del mundo, esto llevaría el ejercicio de concientización de las palabras y las buenas intenciones, a los hechos.
En el 2015, los legisladores deberían buscar la fórmula apropiada para establecer impuestos y tarifas al uso del automóvil, que años anteriores en un acto de irracional populismo, se exentó del pago de tenencia sin crearse ninguna alternativa. Los viajes en auto nos cuestan a todos y alguien debe pagar las externalidades que provocan.
Los municipios necesitan promover una gestión de estacionamientos en zonas atractoras de viajes que limite efectivamente la disponibilidad de cajones y encarezca su costo.
Ya es hora también de quitar superficie de rodamiento vial a las avenidas y disminuir carriles de circulación de autos, de hecho, una pequeña serie de decisiones valientes en este sentido, podría ser muy importante para mejorar otros medios de transporte.
Hagámos juntos, como demostramos que es posible el pasado 22 de septiembre, que el Día sin Autos pase de lo simbólico a lo significativo.
Originalmente publicada en Maspormas Gdl.
Originalmente publicada en Maspormas Gdl.
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